martes, 15 de mayo de 2012

El Guernica de Picasso


 

El Guernica:

Obra encargo del gobierno de la República española para la Exposición Universal de París de 1937.

Si título, Guernica, aludía al cruel bombardeo de esa población vasca por parte de los aviones alemanes al servicio de los franquistas, un acto que indignó al mundo por su gratuita crueldad.

Picasso situó la escena en un ambiente nocturno, como si fuera la visión dramática e instantánea del fogonazo provocado por las explosiones. La lámpara de una mujer y la bombilla actúan como el vértice de una pirámide luminosa en la que dividimos unos pocos personajes en actitudes desesperadas. Destaca el guerrero descuartizado en el suelo, cuyo brazo empuña una espada rota con una flor. A la izquierda vemos a una mujer bramando de dolor, sosteniendo a su hijo muerto. En el centro hay un caballo agonizante, cuya cabeza parece dirigirse hacia el toro de la izquierda. Todos los elementos de su iconografía anterior: toro, caballo, guerrero, pájaro, mujer y niños volvían a estar presentes, pero de un modo nuevo. Lo que había servido para aludir a las fuerzas oscuras del inconsciente, representaba ahora a la libertad aniquilada por la brutalidad del franquismo.

No hay colores, todo se reduce a un dramático blanco, negro y gris  como si la escena fuera una pesadilla. El lenguaje cubista del que se sirvió parecía el más adecuado para aludir a la violenta destrucción del bombardeo. En este cuadro se conciliaban al fin la vanguardia artística y la política social.




Fátima Mª López Sandoval.


Gloria Villa Aroca.


Mª Pilar Lucas Marín.


Encarnación Navarro Castejón.


3ºB, Grado en Educación Primaria, UCAM

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